miércoles, 25 de junio de 2008

decir

hay mucha gente,
amigos algunos,
yo a veces,
que se jacta de hacer y decir lo que se le canta, en el tono que quiere, a quien sea.

debo reconocer que he profesado esa religión. profeso a veces.
decir cualquier guarrada a cualquiera y ya.
era lo que yo creía y con eso alcanzaba para ser dicho y, en alguna oportunidad, gritado.
amigo o enemigo declarado.
no había distinción.

la cosa es que quizá no sea de las mejores religiones la sinceridad sin filtros.
se parece cada vez más al individualismo brutal, a la falta de solidaridad más liberal, a lo que nos aleja de lo colectivo que soñamos, al egoísmo más filoso.

creo que cierta frontalidad nos puede dejar muy cerca de lo que más odiamos en este mundo.



volveré sobre esto, porque me cruje en el alma.