miércoles, 25 de junio de 2008

decir

hay mucha gente,
amigos algunos,
yo a veces,
que se jacta de hacer y decir lo que se le canta, en el tono que quiere, a quien sea.

debo reconocer que he profesado esa religión. profeso a veces.
decir cualquier guarrada a cualquiera y ya.
era lo que yo creía y con eso alcanzaba para ser dicho y, en alguna oportunidad, gritado.
amigo o enemigo declarado.
no había distinción.

la cosa es que quizá no sea de las mejores religiones la sinceridad sin filtros.
se parece cada vez más al individualismo brutal, a la falta de solidaridad más liberal, a lo que nos aleja de lo colectivo que soñamos, al egoísmo más filoso.

creo que cierta frontalidad nos puede dejar muy cerca de lo que más odiamos en este mundo.



volveré sobre esto, porque me cruje en el alma.

no es nada

o es todo. no sé.
la cosa es que estoy esperando algo que no pasa y mientras, los cachorros se transforman en perros.

evidentemente el tiempo se está transformando en un tema.
lo puedo resolver armando una carpetita y tirando todo allí. (...)
pero creo que no.

estas últimas semanas han sido bastante agitadas, me quitaron un poco la modorra.
aunque la discusión con julia todavía resuena en mi cabeza, y suena mal.

saltan tantas cosas al aire cuando uno se detiene y mira...

- no es nada,
le dije por teléfono.
- en serio, no es nada.

martes, 20 de mayo de 2008

propiedad privada

una casa crece ante nuestros ojos cada tarde.
parece que va a tener balcón.

es posible que tenga maceteros con esas cañas altas tan de moda...

cuando la casa se estrene no nos van a dejar espiar por la ventana.
y esa cocina será el lugar del amor de otras personas.


llamadas

con quién hablás cuando hablás en los cartelitos esos debajo de tu nombre.

me gusta espiar esas historias y armar encuentros de ring o de cama entre los que yo conozco y se desconocen.

a veces,
acierto.

viernes, 2 de mayo de 2008

cotidiano

la vieja del departamento de enfrente riega un malvón escuálido de maceta.
toma un mate.
tendió unas bombachas en la soguita del balcón ayer a la tarde.
ahora, prolija, las destiende, las dobla y entra a guardarlas.

mañana
la vieja del departamento de enfrente, se tira al vacío con la plantita en la mano.